22/5/14

Estrecho de Gibraltar y Fuentedepiedra, 17 - 20 April
Strait of Gibraltar & Fuentedepiedra lagoon, 17 - 20 April

Saliendo de Madrid a las 7:00 h nos adelantamos a la mayoría del tráfico, aunque hubo mucho movimiento de vehículos. ¡Pocos pájaros a la vista a esas horas que nos ayudaran a recuperar parte del sueño perdido! Una parada para desayuno sobre el PK200 fue especialmente bien recibida, aunque continuamos casi 200 km más, ésta vez con varios avistamientos de aves por el camino, como varios bandos de milano negro y otro de cigüeña blanca en pleno paso cerca de Córdoba, además que algún busardo ratonero etc., antes de parar de nuevo para comprar el pan.

Otro buen tramo de viaje y llegamos finalmente a la Laguna de Fuente de Piedra sobre las 14:15h.  ¡Con ganas empezábamos a comer nuestros picnics en el campo, muy a pesar de la ‘hormigada’ tremenda alrededor del aparcamiento! Unas orquídeas – Ophrys vernixia – fueron encontrados por una parte del grupo, aunque un buen grupo de limícolas nos cautivó a todos durante más de una hora... y con razón.  Avocetas y cigüeñuelas eran las más vistosas, pero varios plumajes de correlimos menudo y zarapitín, unos adultos de correlimos común con su tripa negra, varios andarriós chico y bastardo, unos combatientes, chorlitejos grande y chico y unos archibebes comunes se mezclaban en una charca justo delante de nosotros.  Junto a fochas comunes y algunas gallinetas en el agua, y el frecuente paso por encima de cernicalos primilla y pagazas piconegra, fue todo un espectáculo. Finalmente decidimos cambiar a una pasarela, de nuevo con limícolas cerca y un correlimos de Temminck que nos deleitó, con sendos andarriós bastardo y chico y un macho de lavandera boyera para completar la variedad de aves en este punto.

La laguna principal, con muy buenos niveles de agua estaba salpicado de flamencos, con unos 21 mil estimados en total. Dos fugaces fumareles comunes, una agachadiza común, parejas de tarro blanco, ánade friso, pato colorado y cuchara, además de un inmaduro de gaviota cabecinegra y un grupo de archibebe claro, aunque lejos, fueron además observados.

Después de dar una pequeña vuelta antes de descansar en la sombra de una encina, echamos una mirada al centro de visitantes para salir hacia nuestro destino, Los Barrios, con un largo viaje ya a nuestras espaldas. Llegamos a las 20:20 h. y la mayoría tuvimos tiempo para ducharnos antes de bajar a cenar y, finalmente, hacer la lista de aves antes del merecido descanso de cara al día siguiente.

Las condiciones meteorológicas condicionan mucho la presencia y los movimientos de las aves migradoras en el Estrecho, sobre todo de las planeadoras. En términos generales, con viento del este, el levante, se desplazan en vuelo hacia el oeste, llegando a las costas por la parte occidental y, naturalmente, al revés con vientos de poniente.  Siendo una de las zonas de mayor incidencia de viento en España, para buscar aves en plena migración casi siempre hay que desplazarse a un lado o a otro. La previsión del viernes era que después del levante del jueves cambiaría a poniente suave y aumentando de fuerza el sábado.  Así que, apenas con brisa por la mañana del viernes fuimos directamente a la Playa de Los Lances, al N de Tarifa y seguiríamos por el oeste el resto del dío, ya que el sábado sería para estar en el este…

Con un cielo completamente encapotado y cierto fresco, tuvimos unas condiciones perfectas para la visita, pero, trágicamente, Los Lances no es lo que era antes de la instalación (en 2008) de la misma pasarela que utilizamos para cruzar las dunas.  Gente andando, haciendo footing y hasta en bici nos habían adelantado... sin mencionar que algunos llevaban perros –la mayoría sueltos– en la misma playa.

En las dunas cantaban cogujadas comunes y, la especie más llamativa para la mayoría, varias terreras comunes, además de algunos escribanos trigueros, unas tarabillas comunes y uno o dos alcaudones comunes.  Pequeños grupos de lavanderas boyeras se detuvieron durante unos instantes a pesar de estar en pleno paso, y algunos pardillos y dos parejas de golondrina dáurica hicieron acto de presencia.  Ya en el observatorio y a pesar de la presencia de una muy fina lamina de agua sobre la playa idónea para las limícolas, algo hacía pensar que se habían espantado casi todas las aves, aunque allí permanecimos mirando un pequeño grupo de gaviotas patiamarilla y sombría.  Un cormorán grande joven llegó volando para pescar en una zona más profunda y al poco rato, aparecían varios chorlitejos patinegros y dos correlimos comunes.  La mañana prácticamente se nos había ido...

Después de un breve descanso en un bar, seguimos rumbo N para ir hasta Barbate por esta preciosa parte de la costa gaditana, gracias en parte a que la Sierra del Retín y la costa adyacente siguen como tierra del ejercito.  En los últimos 10 años ha habido un cambio en las marismas del Barbate, con una gran mejora notable en parte del S de las salinas (abandonadas ya hace mucho) y la presencia de agua de forma continua.  De hecho, nada mas llegar, entramos por una pista donde varias canasteras estaban posadas en el suelo y nos acompañaron durante la hora del picnic.  Cigüeñuelas, un andarríos chico, y a lo lejos, dos archibebes claros y varias avocetas animaron las salinas mientras cistícolas buitrones y escribanos trigueros animaron los campos.  Una posterior caminata nos permitió encontrar chorlitejos patinegros, correlimos comunes y dos correlimos tridáctilos, mientras que por unas manchas de arbustos, un precioso macho de tarabilla norteña, dos currucas zarceras, dos mosquiteros musicales, un zarcero políglota y varias currucas cabecinegras.  Un grupo de 6 espátulas llegaron desde el sur y bajaron para formar parte de un bando de más de 20 descansando en el centro de las salinas.  Tuvimos más suerte cuando llegó una a comer más cerca para ver que se trataba de un joven anillado.  

El tiempo se nos iba, así que seguimos hasta la Barca de Vejer.  De forma aparentemente inverosímil, pero fruto de un ambicioso plan de reintroducción, una pequeña colonia (unos 12 nidos) de una de las aves más raras del mundo, el ibis eremita, con tan solo unos 140 parejas reproductores (casi todas en la costa de Marruecos), se ha instalado al lado de la misma carretera.  Con una gran colonia de garcilla bueyera detrás en los márgenes del río, y muchas palomas y grajillas en los mismos cortados, al lado de varios bares... no es de sorprender que reciba muchas visitas, tanto de aficionados a la naturaleza como por parte del público en general.

Nuestra última parada, con atisbos de sol por la costa y en la ruta de retorno, fue en la Sierra de la Plata. A pesar de bastante silencio y muy poco movimiento de aves, varios buitres leonados estuvieron posados en el roquedo, un cernícalo vulgar salió para vigilarnos unos momentos, unos aviones roqueros entraban y salían de la Cueva de los Moros durante unos instantes y los reclamos de pico picapinos y los cantos de un chochín y un par de pinzones vulgares mostraban que había más cosas presentes que a simple vista.  La vista al sur sobre la bahía de Bolonia y con las ruinas de Baelo Claudia gustaron a la parroquia de pajareros.

El sábado no salió como esperábamos. Primero, un gran bando de abejarucos estaba utilizando unos cables detrás del hotel como punto de reunión y cazadero y disfrutamos bastante tiempo con ellos, con lo que salimos más tarde de lo previsto. Segundo, con poniente moderado y el cielo casi encapotado, las planeadores llegarían por la parte oriental aunque en menos cantidad de lo esperado.  También se supone que influiría en parte a la presencia de paseriformes, ya que sin poder orientarse de noche por el cielo cubierto, bajarían a descansar y esperar condiciones mejores antes de reemprender su marcha hacia sus zonas de cría.  El Parque Reina Sofia de La Línea no es exactamente bonito, pero al estar por el extremo N de la Bahía de Algeciras y con mucha luces para atraer a migrantes, a veces sorprende al funcionar como un imán... Pero nada más llegar era evidente que entre el viento de componente sur y el frescor, no solo las aves que estaban presentes no se lucían, sino que eran más difíciles de ver por el movimiento de las hojas y copas de los árboles.  Un par de papamoscas cerrojillos, dos currucas mirlonas, varias cabecinegras y zarceras, una capirotada, dos mosquiteras y una carrasqueña demasiado fugaz, un macho de colirrojo real, unos pocos mosquiteros musicales y bastantes papialbos, tres tórtolas comunes y varios alcaudones comunes no arrojaban un mal resultado, pero todas, excepto las cabecinegras, una zarcera y unos papialbos esquivaban a la mayoría de compañeros…

Para más inri, un nuevo cartel al inicio de la carretera que lleva al único punto de observación en la parte oriental del Estrecho, nos prohibía el paso… Un problema insalvable dado el tamaño del grupo y los 8 km que nos separaban del sitio.

Fuimos pues hacia Tarifa buscando otro posible oteadero, pero una equivocación nos metió por una carretera militar poniendo de manifiesto las grandes cualidades profesionales de Miguel Ángel al deshacer el kilómetro de carretera con curvas marcha atrás...  Por lo menos nos dió tiempo para contemplar una buena cantidad de una flor de restringida distribución, la Scilla peruviana.  El fuerte viento y las nubes indicaban que no iba a haber paso, así que nos decantamos por visitar el extremo sur de Los Alcornocales, con una visita, comido incluida, a Huerta Grande. Nada más empezar a andar hacia el excelente centro de interpretación, empezamos a oír y ver una variedad de especies forestales: herrerillo común, petirrojo europeo, herrerillo capuchino, reyezuelo listado, agateador europeo, curruca capirotada, mosquitero ibérico, dos picos picapinos en vuelo y un fondo casi constante de cantos nos decía que éste era un lugar más resguardado del viento.  Después de tomar nuestro picnic en el bar decidimos ver más de este hábitat en las faldas de la montaña. Una ruta cruzando varios de los muy especiales "canutos" de la zona nos permitió ver varios buitres leonados, aparentemente recién llegados, planear a baja altura por las laderas buscando una salida hacia el oeste... y también un grupo de 5 cigüeñas blancas, que entraron contraviento en nuestro valle para después buscar una salida por algún puerto de montaña. Finalmente desistieron por el fuerte viento y el bajo nivel de las nubes, marchándose de nuevo hacia la costa en busca de otra ruta menos exigente. La flora aquí fue muy especial y aparte de disfrutar del bosque de alcornoques, también encontramos unos tallos de la orquídea Serapias parviflora, algún arbusto del ojaranzo Rhododendron ponticum y un buen grupo del helecho Osmunda regalis.

Terminamos el día con una visita a Tarifa. Desde hace unas semanas una pareja de bulbul naranjero había sido localizado en las afueras de la ciudad, y días antes de nuestra llegada relocalizada, esta vez con tres pollos colicortos y otro adulto de compañía...  Después de cruzar la ciudad antigua entera a pie disfrutando, eso sí, de los cernícalos primillas y vencejos pálidos entre los comunes, llegamos ‘al sitio’.  Decidimos quedarnos muy cerca, con vistas sobre otra zona más prometedora y probar suerte también allí…  Afortunadamente para nosotros era el día Mercedes, y justo cuando ya regresábamos encontró a dos pollos juntitos en otro árbol cercano desprovisto de hojas. Esa suerte continuó cuando al final vinieron 3 adultos para cebarlos y se subieron todos hasta la copa de uno de los árboles grandotes donde recogieron frutos para alimentarlos.

El último día, con una imprevista fiesta delante del hotel la noche anterior, la mayoría salimos hacia Madrid sensiblemente cansados. La desembocadura del Río Guadalhorce quedaba de camino y aunque sólo pudimos disfrutar de este lugar unos 90 minutos, fue suficientemente productivo. Cantaban Cisticola buitrón, cetia ruiseñor, ruiseñor común, verderón común y, tímidamente, algún carricero común. Aunque algo lejos, un bando de abejarucos estaba posado en un pequeño arbusto muerto, con un alcaudón común a su derecha y a la vez, junto a él, una hembra de collalba rubia. Una tarabilla norteña desapareció tan rápido como llegó, pero tres golondrinas dáuricas volaban al lado del puente de acceso para el disfrute del grupo.  La temperatura fresca y con poco viento invitaban a la caminta para llegar a una laguna donde nos paramos para ver las últimas especies nuevas del viaje. Unos hermosos machos de malvasía cabeciblanca, porrones europeos, una pareja de ánade friso, un macho de pato colorado y algún zampullín chico nos tuvieron entretenidos hasta la hora de volver.  Los cielos se oscurecieron aún más y la lluvia que se veía caer en la montaña amenazaba cada vez más con acercarse... y momentos antes de la llegada al autocar de los primeros miembros del grupo comenzó a caer un chubasco intenso.

Afortunadamente, los demás también llegaron bastante rápido y sin más demora partíamos hacia Madrid. El viaje lo compartimos con otros muchos miles de turistas regresando a la urbe, y a pesar del atasco tan sólo legamos unos minutos después de la hora prevista. 

Resumen de viaje por John L. Muddeman

Agradicimentos a todos y cada uno de los participantes de esta excursión, especialmente a Tomás, Javier y Paloma por ceder algunas de sus preciosas fotografías.

Andarríos chico / Common Sandpiper

Canastera / Collared Pratincole

Esfinge colibrí / Hummingbird Hawkmoth

Cigüeñuela común / Black-winged Stilt

Correlimos de Temminck / Temminck's Stit

Avocetas / Pied Avocets

Parte del grupo en Fuentedepiedra / Part of the group at Fuentedepiedra lagoon

Ibis eremita / Bald Ibis

Bulbules naranjeros / Common Bulbuls

Garcilla bueyera / Cattle Egrett

1 comentario:

  1. Un viaje maravilloso a pesar de la climatología ... Excelentes fotos !!!

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