Saliendo de Madrid a las 8 como casi siempre, hubo
poco tráfico y marcamos un buen ritmo. Un águila
real desde el lado izquierda del autobús y un grupo de 5 corzos corriendo por un trigal fue lo más notable de la primera parte, pero incluso durante la parada técnica
Javier encontró una lavandera boyera
llevando comida para cebar a unos pollos en unos prados húmedos.
Rodeando Soria fuimos directamente hacia la comarca
de El Valle y el Río Razón. Los pollos de cigüeña
blanca de la iglesia del pueblo de donde partíamos ya volaban y dieron
varias vueltas mientras estuvimos por la zona, utilizando la notable brisa para
sus maniobras de práctica! Con mucho sol y algo de calor las aves en general se
mostraron poco, pero un macho de alcaudón
dorsirrojo y unos escribanos
trigueros se dejaron ver bien por un prado y chochines, petirrojos y currucas mosquiteras cantaban desde las
espesuras de los setos y la franja de bosque de ribera al lado del río. Así que
prestamos más atención a las numerosas mariposas presentes, incluyendo blanca esbelta, limonera, musgosa, las
primeras de muchas blancas del majuelo,
blanca verdinerviada, doncellas punteada y mayor, pandora, sofía, maculada, naranjita rabicorta, niña
turquesa y falsa limbada entre
ellas.
Sorprendentemente había muy pocas rapaces, a pesar
de algunas águilas calzadas y milanos negros, aunque al ir hacia un
parque para comer, levantamos un abejero
europeo de su posadero en el borde de la carretera, que salió cruzando un
prado antes de desaparecer dentro del robledal. Con un bar al lado y
tranquilidad para una pequeña siesta, fue una combinación ideal, sobre todo con
algunas aves ‘de paso’, como serín verdecillo,
colirrojo tizón, trepador azul y agateador europeo.
La mayoría de la tarde la pasamos con un paseo muy
agradable al lado de otro tramo del Río Razón, aunque casi de costumbre
tardamos en empezar, ésta vez gracias a una tremenda concentración de blanca del majuelo acudiendo a una zona
de barro para libar sales minerales al lado del aparcamiento. Sorprendentemente
hubo muy pocas especies diferentes, aunque también encontramos manchas verdes, sertorio, dorada línea larga y ajedrezada
menor. Un lagarto verdinegro
cruzó corriendo el camino delante de algunos.
En un claro al lado del precioso río, con su pequeño
salto y gran pozo por debajo, escuchamos y vimos más aves, como lavandera cascadeña, mosquiteros papialbos y pinzones comunes, aunque de nuevo las
mariposas reinaban en el sol, con doncella
modesta y ondas rojas de mayor
interés. La ruta circular también nos permitió ver un mirlo acuático brevemente y sobre un claro durante unos minutos, culebrera europea, buitre leonado y busardo
ratonero pasaron entre otras rapaces. Reclamos de mito, camachuelo común, herrerillo capuchino y pico picapinos delataron su presencia,
aunque se resistieron a ser observadas.
Una última parada entre pinares con vistas sobre El
Valle nos permitió ver un macho de escribano
montesino cantando, sendas parejas de alondra
totovía y tarabilla común además
de un macho de la mariposa niña y
para los afortunados una escasa especie de libélula recién emergida, una bonita
Sympetrum
flaveolum.
Dedicamos casi todo la mañana del domingo a la Acebeda de Garagüeta. La mayor extensión de acebos de Europa meridional se protege en
una reserva de unos 400 y pico hectáreas, en la parte alta de la Sierra del Alto. A pesar de muchas nubes en los
alrededores estuvimos en sol prácticamente todo el tiempo, aunque el viento
creciente hacia más difícil la observación de fauna que la deseada, soplando al
final el cierzo con mucha fuerza en
las zonas más elevadas, alcanzadas sólo por algunos.
Los pastos aquí son muy apreciados para las
numerosas cabezas de ganado y caballos que estaban presentes y en consecuencia
muy cortos en comparación con otras pastizales colindantes, pero también muy
ricos en las especies de flores presentes. Además, al resguardo del viento en un
pequeño vado permitió algo de calor y las aves y mariposas se mostraron mucho
más activos. Otro macho de alcaudón
dorsirrojo (el primero de varios durante el día), un águila calzada (de morfo pálido) se mostraron, mientras que al
sonido de cantos de pinzón común, currucas capirotada y mosquitera, reyezuelo listado y mirlo común, una curruca mirlona también cantó tímidamente, aunque se negó a
aparecer.
Aquí la mayoría del grupo continuó con Aznar, aunque
el viento al final hizo que volvieran para quedar conmigo a medio camino y aquí
nos dividimos. Unos pocos subimos hacia la zona más alta, más para hacer una
buena caminata que un intento (frustrado por el viento) de encontrar perdiz
pardilla, pero con algunos premios para los dos grupos. Un par de alondras comunes cantando, unas
mariposas, incluyendo la ajedrezada,
un macho y un joven de lagarto
verdinegro, unos renacuajos grandes de sapo
de espuelas y una buena variedad de flores, incluyendo la rara centaurea toledana y varias matas de claveles y tomillos entre otras fueron avistados por la andarines, mientras
que algunos del grupo principal vieron un espléndido macho de roquero rojo en un muro cerca ya al
autocar.
Bajando en altitud fuimos a la unión entre los ríos
Tera y Duero, en Garray, para comer y descansar. De nuevo, el césped al lado
del río mucha oportunidad a echar una siesta para los que querían, mientras que
el conjunto del río, bosque de ribera, pueblo y hábitats adyacentes permitió
ver una interesante variedad de especies, empezando con un buen número de barbos comunes en el río, con machos
territoriales repartidos sobre los lechos de gravera y arena esperando la
llegada errática de hembras para desovar en un mini frenesí de actividad.
El fuerte viento redujo notablemente la cantidad de aves visibles, pero durante los cortos paseos efectuados anotamos un buen número de especies, incluyendo pito ibérico, pico picapinos, oropéndola, cuco, cetia ruiseñor, ruiseñor común, y, sobre todo, las tres especies de lavanderas que crían en la península juntas capturando insectos en unos bancos flotantes de ranúnculos en el río: blanca, cascadeña y boyera. La última especies nueva anotada fue un macho de escribano soteño, aunque se negó a lucirse mientras cantaba desde unos pequeños pinos cerca al aparcamiento.
El fuerte viento redujo notablemente la cantidad de aves visibles, pero durante los cortos paseos efectuados anotamos un buen número de especies, incluyendo pito ibérico, pico picapinos, oropéndola, cuco, cetia ruiseñor, ruiseñor común, y, sobre todo, las tres especies de lavanderas que crían en la península juntas capturando insectos en unos bancos flotantes de ranúnculos en el río: blanca, cascadeña y boyera. La última especies nueva anotada fue un macho de escribano soteño, aunque se negó a lucirse mientras cantaba desde unos pequeños pinos cerca al aparcamiento.
Un fin de semana muy agradable en excelente compañía
y una zona casi desconocida por todos los presentes. ¡Gracias Aznar por sugerir
las rutas y llevarnos allí!
Texto: John L. Muddeman
Fotos: Aznar Fernández
Texto: John L. Muddeman
Fotos: Aznar Fernández
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