24/1/13

Marismas de Santoña, 19 y 20 de Enero
Santoña marshes, 19 & 20 January

Los días 19 y 20 de enero comenzamos nuestro ciclo de excursiones para el 2013 con una preciosa salida a las marismas de Santoña. Es cierto que la previsión climatológica invitada más a quedarse en casa pero los pajareros estamos hechos de otra pasta y no perdimos la fe en que no podía ser cierta tanta lluvia y viento. La cuestión es que nos salvamos por los pelos.

Después de un viaje de 7 horas en autocar, llevados magníficamente por nuestro habitual chófer Miguel Ángel, llegamos al observatorio de La Arenilla justo a la hora de comer... y justo  también cuando comenzaba a llover. En esta  primera parada vimos ya algunas especies interesantes como águila pescadora, espátula, las dos especies de zarapito, trinador y real, agujas colipintas y colinegras, gavión atlántico, miles de ánades silbones y algún que otro negrón común al fondo. Habíamos tenido en cuenta las mareas y eso nos ayudó a disfrutar como enanos mientras devorábamos nuestros bocatas asomados por las troneras del observatorio. No había que perder el tiempo. El viaje había sido largo y parecía que el tiempo mejoraba.

Sin más dilación pusimos rumbo al Canal de Ano, donde vimos dos de las estrellas de la excursión, zampullín cuellirrojo y una preciosa hembra de eider. Más negrones comunes aquí y allá y nuestro primer colimbo grande de la excursión... al fondo un grupo de 16 barnaclas carinegras... no íbamos mal del todo.

Poco después recibí la llamada de Xurxo (que andaba por allí con un grupo de pajareros de Bilbao) avisándome de que tenían localizado el ánsar piquicorto en el pólder de Escalante. Vuelta al bus y desembarco correspondiente para montar la batería de telescopios tratando de localizar a este raro visitante, aunque ya casi frecuente en las marismas de Santoña. No tardamos mucho en detectarlo entre un bando de unos 60 ánsares comunes. Aquí también vimos una preciosa águila pescadora en su percha, y que más tarde nos ofreció un fabuloso espectáculo acosando a un cormorán grande que osó posarse junto a ella. Escribanos palustres, mitos, cercetas, ánades frisos, cucharas... engrosaban la lista de aves observadas. La tarde caía rápidamente, y nada más subir al bus... comenzó a llover de nuevo. Yo creo que Miguel Ángel es algo así como un tipo de talismán, y rara es la vez que tenemos mal tiempo con él.

Traslado a nuestro alojamiento, un precioso Hotel Spa situado a menos de 10 minutos de Santoña. Los más sibaritas, por llamarlo de alguna forma, se animaron a una sesión en el Spa antes de la cena, que por cierto, fue estupenda. Sopa de pescado, ensalada mixta y pechuga de pollo rellena de champiñones... y de postre helado y tarta de queso casera. Todavía se me caen las lágrimas ;-)

Después de una animada sobremesa (como es habitual por otro lado), a la cama. Nos esperaba un nuevo día lleno de emociones.

Tras el desayuno (no tan bueno como la cena, todo hay que decir, aunque correcto) regresamos a Santoña. Primero visitaríamos la zona portuaria para más tarde trasladarnos a la ría de Boo. Ese era el plan.

Marea alta, sinónimo de colimbos y alcas en puerto. Ambos aparecieron a su cita habitual ofreciéndonos observaciones de lujo. Más gaviones y gaviotas cabecinegras, éstas nueva especies para la excursión. Más de uno tuvo que estrujarse el cerebro para conseguir ver las diferencias con las muy parecidas reidoras. Otra nueva especie apareció en escena, el cormorán moñudo, también habitual en el puerto deportivo junto a la plaza de toros. Sin embargo ni rastro de colimbos chicos...

De repente el cielo se encapotó y lo que parecía que iba a ser una excelente mañana se tornó en nubes y chubascos intermitentes. Después de una breve parada para cafés y baños, y una breve espera mientras escampaba, Jose dió la voz de que estaba viendo un zorzal real en el campo de fútbol. Y para allá que nos fuimos... Todos y cada uno de los miembros de esta excursión pudo deleitarse observando al zorzal más atractivo de los que nos visitan... y por el telescopio, que no es sencillo.

Antes de que bajara definitivamente la marea había que trasladarse al playón de Cicero... que estrés. Llegamos... con lluvia, pero salimos de allí con sol espléndido y con registro de pinzón real, escribano soteño y una buena variedad de limícolas como chorlito gris, archibebes claro y común, aguja colinegra, correlimos común... de repende una pequeña silueta gris perla y blanca emerge del fondo de la bahía. Era un precioso colimbo chico que desgraciadamente no todos pudimos verlo. Asignatura pendiente para unos cuantos... así que habrá que volver pronto.

Llegaba la hora de comer, por lo que nos dirigimos a nuestro sitio habitual de bancos de piedra junto al canal de Boo. Aquí nuevamente un par de alcas hicieron de las suyas sumergiéndose para luego emerger a unos cuantos de metros más allá... un colimbo grande joven se dejó retratar (fotos abajo, digiscoping y a pulso) durante largo rato. Nada más terminar de comer, rumbo a la carretera y regreso a Madrid, previa parada de cortesía por parte de la Ertzaintza que nos hizo perder casi media hora. Finalmente llegamos a Moncloa a las 22:15 h. sin novedad, como suele ser habitual.

Sólo me queda dar las gracias a todos los que participasteis en esta excursión, la primera de un nuevo ciclo. Gracias sobre todo por vuestro apoyo y vuestro cariño... sois los mejores.



Parte del grupo observando zampullín cuellirrojo en el canal de Ano / Part of our group watching Slavonian Grebe

 Estado del mar visto junto a nuestro hotel / A brave sea seeing near our hotel

 Vista del monte Buciero desde Cicero / View of Buciero from Cicero

Colimbo grande joven / Juvenile Great Northern Diver 

Colimbo grande joven / Juvenile Great Northern Diver

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