¡Por fin! Después de varias salidas con climatología adversa, esta vez sí pudimos disfrutar de dos días soleados y en cierto modo caldeados para la época del año. Precisamente en uno de los destinos que más nos temíamos sufrir los rigores invernales.
Después de un viaje tranquilo (aunque largo desde Madrid) y con algo de adelanto sobre el horario previsto llegamos a los Mallos de Riglos en busca de nuestro primer gran objetivo del fin de semana: el treparriscos. No salió en nuestro primer intento, aunque sí logramos observar a corta distancia varios acentores alpinos, un halcón peregrino y un roquero solitario. Aviones roqueros, currucas cabecinegras, escribanos montesinos... iban saliendo al paso mientras no dejábamos de escudriñar las verticales paredes de Riglos que habían atraído otro tipo de fauna, el homo escaladensis. Cierto es que nos preocupaba que la gran afluencia de aficionados a la escalada pudiera afectar a nuestros planes.
Mallos de Riglos
Halcón peregrino / Peregrine
El grupo en los Mallos de Riglos / The party at Mallos de Riglos
Acentor alpino / Alpine Accentor
Acentor alpino / Alpine Accentor
Escribano montesino / Rock Bunting
Pasaba el tiempo y nos disponíamos a dar cuenta de nuestros bocatas sentados cómodamente en la terraza del bar El Puro, agradeciendo de antemano la gentileza de sus responsables dejándonos utilizar sus instalaciones. Al poco tiempo, John (co-guía en esta excursión) divisó cicleando junto a las peñas a un gavilán... para nuestra sorpresa no estaba solo... un treparriscos volaba junto a él como tratando de decirle que se buscase otro lugar para campear. Una pena tenerlo tan alto. Cuando el gavilán decidió alejarse, nuestro pequeño protagonista se lanzó cual kamikaze hacia el roquedo de conglomerado y desapareció en cuestión de segundos. No hubo opción a relocalizarlo ni siquiera utilizando los telescopios. Parecía una señal, así que nos dispusimos a realizar un nuevo intento que resultó, esta vez sí, exitoso. No tardamos en localizar a un treparriscos comiendo a unos 15 metros por encima de nosotros. Allí lo tuvimos, inquieto como él solo, durante más de media hora... en ese tiempo hizo las delicias del personal aunque quizás dando pocas opciones a realizar "buenas" tomas al sector fotográfico.
Treparriscos en Riglos / Wallcreeper at Riglos
Treparriscos en Riglos / Wallcreeper at Riglos
Caía la tarde y el frío comenzaba ya a sentirse, sobre todo en aquel rincón ventoso en el que decidimos dejar a nuestro amigo, después de haber cumplido con creces las expectativas del primer gran objetivo de la excursión. Había pues que cambiar de tercio. La siguiente parada la realizaríamos en el castillo de Loarre, más con la intención de disfrutar del castillo y su emplazamiento, que de sacar algo diferente que no habíamos observado hasta ese momento. El castillo de Loarre en invierno es un lugar frecuentado por acentores alpinos, aunque el espectáculo era tal al llegar, que preferimos dejarnos llevar por aquel increíble atardecer con todo un mar de nubes tapizando parte del llano oscense. Unas fotos como testimonio.
Castillo de Loarre / Loarre's Castle
Panorámica desde el Castillo de Loarre / View from Loarre's Castle
Panorámica desde el Castillo de Loarre / View from Loarre's Castle
Con poca visibilidad y ya caída la tarde, decidimos poner rumbo a nuestro hotel situado en la misma ciudad de Huesca, donde después de hacer el reparto de habitaciones y del obligado aperitivo previo, nos dimos un buen homenaje con una gran cena: Arroz con longaniza de primero, y pollo al chilindrón de segundo... los más valientes se atrevieron también con el mousse de chocolate en el postre.
Arroz con longaniza del Hotel Abba Huesca / Rice and sausages from Hotel Abba Huesca
Pollo al chilindrón del Hotel Abba Huesca / Chicken in "chilindron" sauce from Hotel Abba Huesca
Si no habíamos tenido bastante por la noche, el desayuno se presentó ante nosotros con toda una selección de fiambres, tortillas, bollos, tostadas, fruta, quesos, yogures, zumos... y por supuesto café a discreción. Con los "buches" llenos partíamos hacia Panzano donde habíamos quedado con Manolo Aguilera, que nos llevaría al comedero donde esperábamos que entrase el segundo objetivo de esta excursión. Manolo, miembro del Fondo de Amigos para el Buitre, lleva ya unos cuantos años aportando huesos al muladar de Santa Cilia. Al principio lo hacía junto al malogrado David Gómez Samitier, a quien recordamos en varias ocasiones a lo largo del día, y ahora ya sólo. Todo un personaje que nos contó innumerables datos y anécdotas de todos y cada uno de los buitres que surcan nuestros cielos... y alguna que otra sobre buitres africanos y el famoso cóndor de California. Si nos lees, gracias por tu entusiasmo y derroche de conocimientos.
Al llegar al lugar donde haríamos la espera no tardaron en acudir un centenar de buitres leonados, los cuales tuvimos a escasos metros. Eso sí, tuvimos que esperar bastante hasta que apareció el primer quebranta.
Buitres Leonados / Griffon Vultures
Buitre Leonado / Griffon Vulture
Buitre Leonado / Griffon Vulture
Buitre Leonado / Griffon Vulture
Buitre Leonado / Griffon Vulture
En realidad, una parte del grupo parecía haber perdido la fe, y confieso que yo comenzaba a pensar que tendríamos que conformarnos con verlo de lejos desde el pueblo, aunque no dudaba que apareciera (o sí?). En cualquier caso no solo apareció sino que dio todo un recital de vuelo sobre y frente a nosotros. Un espectáculo que tardaremos en olvidar desde luego... yo por lo menos. Sin duda alguna, la espera había merecido la pena... aunque en honor a la verdad, en realidad sólo tuvimos que esperar dos minutos, el tiempo de retraso sobre la hora que Manolo había predicho que aparecerían. Finalmente pudimos contemplar a placer hasta ¡¡¡cuatro quebrantahuesos adultos juntos!!!.
Quebrantahuesos / Lammergeier
Quebrantahuesos / Lammergeier
Quebrantahuesos / Lammergeier
Quebrantahuesos / Lammergeier
Quebrantahuesos / Lammergeier
Quebrantahuesos / Lammergeier
Después de visitar la casa del Buitre en Santa Cilia, y despedirnos de Manolo, nos dirigimos hacia el último de los enclaves que íbamos a visitar el fin de semana, el embalse de Vadiello. Vadiello es uno de los mejores sitios para ver quebrantahuesos y treparriscos en Guara durante el invierno, sin embargo esta vez no tuvimos suerte con ninguno de los dos y tuvimos que comenzar nuestro regreso a Madrid sin ver gran cosa en este lugar, aunque eso sí, disfrutamos mucho con el paisaje.
Había sido un fin de semana memorable, satisfactorio en lo ornitológico y gratificante en lo humano. Habíamos conocido gente interesantísima relacionada con el mundo de la conservación de este país, y además habíamos compartido 48 horas magníficas con un entrañable grupo de aficionados a "esto de las aves". ¡Gracias compañeros por hacerlo posible! Nos vemos ya en 2015... si así lo deseáis.
Túneles de Vadiello / Tunnels in Vadiello
Y un resumen de la excursión en vídeo que espero os guste:
Last weekend 20 & 21 December we travelled from Madrid to explore the Southern section of the Pre-pyrenees mountains near Huesca. We were indeed looking for two main targets: Wallcreeper and Lammergeier. Fortunately we managed to see both bird species fairly well, two Wallcreepers in Riglos, but one really well seen during more than 30 minutes, and four Lammergeiers in the feeding station run by Fondo de Amigos del Buitre near Panzano. Besides we also saw some good birds such as Peregrine, Alpine Accentor (6-7 different birds at least), Blue Rock Thrush, Crag Margin, Rock Bunting, Sardinian Warbler, Griffon Vulture, Red Kite, March Harrier... a good selection of birds in this corner of Northern Spain out of the main season for birding in the region, and however, a really good time to find Wallcreepers in sites like Riglos, Alquézar or Vadiello. A highly recommended visit!