No me extraña que los pajareros ingleses llamen a la alondra de Dupont, el "diablo", así tal cual suena en castellano. Ayer llegamos antes del amanecer al sitio bien conocido para ver esta especie en los alrededores de Sepúlveda. Antes el primer vehículo habíamos levantado un búho real junto a la carretera. Mañana fría pero no tanto como la tarde anterior. Nada más llegar, aún en la oscuridad, escuchamos las primeras cantando. Es un sonido extraño... y poco a poco, según va pasando el tiempo y no la ves, realmente desesperante. Pasaba el tiempo y nada, eso sí, varias collalbas rubias, curruca tomillera, cogujada montesina, chovas piquirrojas, alcaudón meridional, alondras comunes, bisbita campestre, escribano montesino... se iban sucediendo mientras seguíamos escuchando ese extraño canto que te desubica y que no sabes de donde procede exactamente. Tengo que decir que es la primera vez que escucho alondras de Dupont durante casi todo el día, normalmente cantan al amanecer, se callan al rato y vuelven de nuevo dos o tres horas después. Ayer se mostraron activas todo el día... aún así vimos la primera a las 17:00 tras una parada en Sepúlveda para comer. En total tuvimos cuatro contactos, incluido un ave en canto en vuelo... espectacular, parecía que estaba encima de nosotros... así se oyó de cerca. Con la satisfacción del deber cumplido regreso al hotel haciendo paradas para completar la lista con gorrión chillón, mochuelo, curruca carrasqueña y más chovas comiendo en un prado.
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